Hoy
es nuestro último día en Islandia y hemos decidido que no queremos marcharnos
sin visitar Reykjavik en
condiciones, por lo que vamos a hacernos del tirón los kilómetros que nos
separan y pasar la tarde en la capital.
Nos
levantamos a las 7 a .m
para disfrutar del desayuno sin la marabunta de adolescentes que también
duermen aquí, pero que va, ellos también están desayunando. Sin duda, no es
solo el alojamiento que menos nos ha gustado, sino el buffet de desayuno más
básico. Tostadas, cereales, café y embutido.
Aunque
nos hemos ido rotando para conducir, hoy también tengo ganas de llevar yo el
coche. Solo nos separan 295
km , por lo que llegaremos a media mañana.
Tenemos
que devolver el vehículo en el polígono industrial donde lo recogimos y dejarlo
con el depósito lleno. Comentaros que las gasolineras en Islandia funcionan
solo con tarjeta. Ppero que no cunda el pánico, si quieres pagar en efectivo,
ellos te entregan una tarjeta por el importe para que la uses en ese repostaje.
Nosotras siempre pagamos con tarjeta (ojo, porque solo funcionan con banda
magnética. El chip no ha llegado) y es un poco lío, porque son de prepago. Así
que cada vez que tocaba, nos tirábamos unos 10 minutos calculando el precio de la gasolina
(varía un poco según la zona), entre los litros que creíamos llevaba el
depósito, menos los litros que creíamos quedaban…Es decir, hasta el último día,
no conseguimos que la aguja marcase el lleno, jejejejeje. Se que este es un
dato muy importante cuando te planteas un viaje con coche de alquiler, así que
ahí va. Nos gastamos 27.0000 coronas en gasolina 95 (170€).
Llegamos
a Reykjavik y no estamos seguras de
si nos hemos pasado un peaje por el morro. Entramos por el norte de la ciudad y
a 20 km
nos indican que podemos bien rodear (unos 40 km ) o atravesar por un túnel. Obviamente
decidimos acortar, y de repente vemos un cartel que indica unos precios en
función del vehículo usado. A la salida vemos también unas cabinas de peaje,
pero están vacías y con la valla levantada. Nadie se para, así que nosotras
continuamos. Aún nos sabemos si hemos cometido una imprudencia, pero de
momento, no tengo noticias de nada.
Reykjavik
es bastante pequeño y nosotras nos dirigimos primero al hotel para dejar las
maletas. Existen dos rondas que la atraviesan, y en teoría parece fácil. Bueno,
al segundo intento, decidimos guiarnos por el puerto, puesto que sabemos que
nuestro hotel estaba cerca del paseo marítimo. Sin duda Vero sabe guiar
perfectamente y llegamos a la iglesia Hallgrímskirkja.
Esta es una zona de universitarios, por lo que no tardamos nada en encontrar
aparcamiento en el parking del campus. Hacemos el cheking para la noche de hoy,
confirmamos para que nos recoja el flybus mañana por la mañana y nos ponemos un
poco más monas para pasear por la ciudad.
Primera
cosa, devolver el coche. Como ya dije antes, hay dos rondas que atraviesan la
ciudad hacia las afueras y son muy parecidas. No conseguimos ubicarnos
correctamente en el mapa, pero después de preguntar en dos gasolineras, en la
última nos indican exactamente lo que tenemos que hacer para llegar al polígono
industrial. Perfecto!!! Ahí está Europcar. Una vez pasados los trámites de
devolución (el suzuki está impoluto), le pregunto por la famosa multa de Akureyri. Ellos no se van a hacer
responsables de pagarla, así que debemos ir al banco, y como todavía estamos a
tiempo, nos hacen un descuento del 30%. Un chico nos acerca de nuevo al hotel
en coche, y le pedimos que nos deje en la zona comercial del centro, donde
encontrar un banco.
Tras
un breve paseo, encontramos uno y nos atienden en seguida. Quiero pagar la
multa con tarjeta, puesto que no tenemos efectivo, y aunque le da algunos
problemas, este tema queda zanjado.
Pues
todo listo, ahora ya solo nos queda disfrutar de la ciudad. Además hoy hace un
sol radiante y la temperatura es muy agradable. Lo primero es comer algo.
Puesto que estamos en la capital, decidimos probar algún producto propio, pero
no parece fácil: kebap, hamburguesas, pizzas, el restaurante del primer día… Al
final optamos por una especie de vinoteca con unas fotos de entrecot y bistec
que tienen muy buena pinta y no parece muy caro. Yo elijo entrecot al punto y
Verónica una hamburguesa, con café incluido, unos 27€. Eso si, como nosotras
siempre comemos con agua, pues la consumición no suma, pero una copa de vino,
por ejemplo, son unas 600 coronas (4 €) y son casi todos italianos.
Para
no adormilarnos, decidimos pasear y curiosear por las tiendas, puesto que todos
los comercios están abiertos. No es que vayamos a comprar nada, puesto que lo
que nos ofertan no es muy dispar a lo que encontramos en España y aquí está a
mayor precio, pero nos gusta ver las tendencias de otros países.
Decidimos
bajar de nuevo al paseo o malecón e ir a visitar, con sol y sin viento, el
barco vikingo del primer día. Seguimos caminando hacía el edificio Harpa, que
ya nos llamo la atención el primer día, y nos quedamos un rato en su interior
aprovechando que hay wifi y aseos, jejejeje.
Curioseo
en Internet y veo que a unas calles del hotel, se encuentra la zona de marcha
universitaria, repleta de bares y restaurantes de comida rápida, entre los
cuales se encuentra el Kaffibarinn,
que mencionan como el favorito de Björk.
Esta es una zona muy bonita, con casitas bajas y de colores, lo que le da mucha
alegría a las calles. La verdad es que el bar en cuestión a mi me parece un
antro, y leyendo mejor, parece ser que hace muchos años, era el local de moda entre los artistas
islandeses, pero para mi, en estos momentos, no me tiene mucho encanto.
Caminando
regresamos lentamente al hotel. Es hora de darse una ducha y relajarse, porque
el sol se está poniendo y empieza a hacer frío.
Mañana
toca el súper madrugón, nos recogen a las 6 de la mañana, así que mejor será
acostarnos un poco temprano hoy.
Al final paso algo con lo del peaje? Creo que nos ha pasado lo mismo!
ResponderEliminarHola, nunca me llego notificación de multa alguna. Saludos
EliminarMuchas gracias por la info. Está muy bien el blog :)
EliminarMuchas gracias! Un saludo
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