Son las 13:30pm y parece que no vaya a escampar, así que buscamos un sitio para comer y después volver al hotel para cambiarnos la ropa mojada y descansar un poco. Hoy creo que es buen día para probar la pizza veneciana. Tengo que decir que la pizza que yo comí en Roma me decepcionó bastante, puede ser que el restaurante no fuese bueno, así que aquí llega la revancha…
A un par de calles de la Fenice encontramos un restaurante con muy buena pinta, parece ser un poco caro, pero tienen una carta de pizzas a 8€. El lugar es muy acogedor y la comida tiene muy buena pinta.
Seguimos empapadas, así que nos vamos un rato al hotel a secarnos y a hacer a digestión de la mejor manera posible…¡¡¡¡siestaca!!!!
Que bien sienta descansar un rato. Son las 18:00pm y está anocheciendo, pero parece que solo llovizna. Es hora de prepararnos y salir a pasear por la ciudad.
Nos dirigimos tranquilamente hasta el puente de la Academia, a nuestra llegada ayer lo atravesamos, pero con el traqueteo de las maletas, dejamos las fotos para otro momento. Las vistas del Gran Canal, con la cúpula de Sta Maria de la Salute al fondo y las farolas proyectando su luz en el agua es maravillosa. A pesar de que todavía hay mucha gente por la calle, se respira cierta tranquilidad.
Callejeando, o mas bien, “canaleando”, llegamos a un bar que tiene muy buena pinta. Multitud de vinos de la zona, pinchos para cenar y un ambiente muy distendido.
Decidimos volver hacia el hotel rodeando el canal y sin quererlo, bueno, a lo mejor las birras han ayudado a desorientarnos un poquillo, llegamos a La Basílica de Santa María della Salute. Es uno de los edificios religiosos más importantes de Venecia. Su cúpula aparece en gran parte de las postales más conocidas de la ciudad. El inicio de su construcción se remonta a 1631. La basílica fue erigida para celebrar el fin de la peste que eliminó a gran parte de la población de la Región del Véneto. La Basílica de Santa María della Salute consta de una planta octogonal con pequeñas capillas en cada uno de sus lados. Aunque la decoración interior es escasa, en ella es posible disfrutar de pinturas de Tiziano y Tintoretto.
Sigue lloviendo, pero tampoco nos apetece irnos al hotel, así que volvemos a nuestra cafetería favorita al lado de la Pz S. Marco para terminar de cenar. Esta vez vamos a probar esas pizzas enrolladas que vemos en multitud de escaparates (alrededor de 3€) y unas birras.
No vemos mucho más que hacer por la zona, esta es más bien comercial y turística, así que como mañana toca madrugar para volverse ya a España, decidimos regresar al hotel. Pero todavía no ha terminado nuestra visita….
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