El riad que escogimos en Marrakech se encuentra dentro de la medina, a 10 min de la Plaza Grande. Esta Medina esta muy limpia pero parece mas ruidosa que las del Rabat o Fez.
Tal y como dije ayer, el hotel a simple vista está bien, y las chicas que lo regentan, aunque al principio parecen muy eficientes, a medida que pasan los dias, nos damos cuenta de que aqui las cosas se hacen muy despacio.Quizás sea porque la ciudad es la mas turística, el barullo en el hotel es bastante mayor que el que encontramos estos dias.
La habitación es enorme, puesto que nos quedamos con la triple solicitada al principio, pero es muy fría y oscura y el baño bastante incómodo. La ducha casi no tiene potencia y el agua o sale excesivamente caliente o fría...
Decidimos salir ya del hotel y tomarnos un café de camino a la Gran Plaza. Encontramos una pastelería de tipo francesa con multitud de bollos para desayunar...Uhmmm que hambre... Hoy Silvia no se encuentra muy bien, así que decidimos acercarnos al zoco y mirar que es lo que queremos comprar...
En la Gran Plaza ya hay bastante barullo. En ella hay multitud de carros que ofrecen zumo de naranja recién exprimido y gran variedad de personajes variopintos con los que al parecer los turistas suelen fotografiarse. Hay gente con monos, lo que me parece especialmente triste, y unos señores ataviados de rojo y llenos de cascabeles. Se acercan a nosotras buscando una foto, pero no estamos por ese tipo de turismo...
Curioseamos por las tiendas que rodean esta plaza y poco a poco vamos picando con los regalos para la familia y amigos. Pulseras de hilo, pendientes, imanes para la nevera ( yo soy una friki de este tipo de colecciones...jejejeje) y postales para enviar a España.
Dentro del zoco la oferta es tal que resulta apabullante. Hay tantas cosas y tanta variedad que nos perdemos entre lo que realmente queremos y lo que nos ofrecen.
Nuestros bolsillos dan gracias de que Ryanair y el tamaño de la mochila nos frenan en nuestras compras...jajajaja
Zapatos, pantalones, pulseras, esa lámpara que nos pedía una amiga, un detalle para los cuidadores del Xenxo, algo para la Vero, ¡por supuesto!
Menos mal que habiamos pensado en hoy mirar y ver los precios para mañana venir a regatear, pero al final, es tan fácil bajar los precios...
Comprado el último souvenir, en mi caso una mano de Fátima como llavero en plata para que me proteja, y tras bromear con los vendedores sobre nuestros antepasados bereberes por lo bien que regateamos, (jajajaja, como si no supiésemos que aún así nos están timando...), salimos nuevamente a la Gran Plaza.
El día hoy está nublado pero aún así, hace bastante calor. Decidimos parar a tomarnos un zumo de naranja recién exprimido por 4 dirham. Jopetas!!! Está buenísimo...lo siento por las naranjas valencianas...pero estas también están muy ricas, aunque era de esperar, porque el clima es muy parecido.
Cargadas de bolsas decidimos regresar al riad y dejar las compras para esperar a que Youssef nos recoja e ir a comer.
Llegamos al punto indicado y ya está alli, que puntualidad, jajajajaja. Le decimos que tenemos hambre y decide llevarnos a una zona a donde no suelen ir a comer los turistas, por la av Mohamed VI, por lo que los precios y la calidad están muy bien. Ensalada y pinchos morunos de pollo y ternera...ñam ñam.Cerveza...en los restaurantes no es posible, porque al parecer prevalecen las licencias para vender alcohol sobre los bares.
Después de comer, Youssef decide hacernos una visita guiada en coche. Hoy la conversación es mucho mas animada que la de ayer jajajaja y no dejamos de hablar ni un segundo.
Empezamos por el palmeral que se extiende al noroeste de la Medina. Es la última frontera entre los millonarios de Marrakech, tanto marroquíes como extranjeros, y el resto de la ciudad. residencias de lujo, con jardines exuberantes y a menudo circundadas de altos muros para proteger la privacidad de los residentes y sus huéspedes.Es una especie de Beverly Hills a la marroquí, donde se rige la norma del total respeto por las palmeras de modo que ninguna construcción puede dañar o interferir en el crecimiento de las palmeras.
Aquí hay un hotel que pertenece a la reina de Marruecos y la fallecida Carmina Ordoñez tenía y su familia seguirá teniendo, supongo, su mansión.
Empezamos por el palmeral que se extiende al noroeste de la Medina. Es la última frontera entre los millonarios de Marrakech, tanto marroquíes como extranjeros, y el resto de la ciudad. residencias de lujo, con jardines exuberantes y a menudo circundadas de altos muros para proteger la privacidad de los residentes y sus huéspedes.Es una especie de Beverly Hills a la marroquí, donde se rige la norma del total respeto por las palmeras de modo que ninguna construcción puede dañar o interferir en el crecimiento de las palmeras.
Aquí hay un hotel que pertenece a la reina de Marruecos y la fallecida Carmina Ordoñez tenía y su familia seguirá teniendo, supongo, su mansión.
Se está haciendo un poco tarde y Youssef nos quiere llevar a los Jardínes de la Menara que cierran a las 06:00 p.m.
Es uno de los lugares de mayor interés de la ciudad.Consta de un pabellón de recreo, rodeado por un jardín de olivares. Antaño
estaba destinado a los encuentros amorosos de los sultanes de Marrakech.
Fue erguido en el año 1870 en la base de un estanque almohade del siglo
XII, utilizando un sistema hidráulico que conducía agua desde el Alto Atlas.
Hoy es jueves y nos sorprende que el lugar esté bastante concurrido por familias con niños y parejas de novios. A pesar de recibir nombre de jardín, difiere bastante de la idea que tenemos en España, pero estoy segura que en la época que se construyó debía de ser un lugar muy bonito agradable. Hoy por hoy, mejor visitarlo en momentos del día en que no haga demasiado sol, jejejejeje.
Mas bonitos aunque menos conocidos son los jardines de Majorelle, creado en 1924 por el pintor de dicho nombre. A su muerte, los heredó el Estado y se abrieron al público, y en 1980, pasaron a ser propiedad de Yves Saint Laurent, pero a día de hoy también se pueden visitar. A nosotras no nos va a dar tiempo.
Antes de volver al centro de la ciudad, rodeamos las murallas de la antigua medina y visitamos por fuera el Palacio Real, que es uno de los grandes palacios de la familia real, aunque normalmente residen en Rabat.
Oscurece en Marrakech y Youssef quiere hacer realidad mi deseo de tomarme una cervecita, jejejeje. Pasamos nuevemente por la av Mohamed VI y fotografiamos el Teatro Real y la estación de trenes que es una preciosidad, y con las luces parece mucho mas bonita.
Terminamos el paseo en un hotel del centro donde tomarnos unas cervezas en su terraza. Charlamos durante un largo rato y tras varias cervezas, decidimos ir a cenar.
Optamos por algo mas europeo y terminamos en un barrio de terrazas cubiertas donde suelen ir los marrakechíes. Pizza y ensalada, jajajaja hoy ha estado bien, no nos hemos saltado ninguna comida.
Nos despedimos de Youssef a la entrada de la medina y le contamos que mañana haremos un día de relax, visita corta y hamman. Nos dice que si está libre, nos vendrá a buscar para cenar.
Ya en el hotel, y tras hablar un rato con nuestros amigos por internet, lo que se nos hace insufrible porque el internet en este hotel va fatal, y tras ser testigos de una incómoda situación con otros huéspedes, al ver que el hotel está mas calmado, nos vamos a dormir.
Mañana es nuestro último día y vamos a tomárnoslo de lo mas tranquilo...
Hasta mañana.
Bego y Sil
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