Hoy el sol luce en lo mas alto en la ciudad de Marrakech. Nos despertamos con hambre y con ganas de salir del hotel. Ya no se si es por el cansancio o porque sabemos que solo nos queda un día, pero no nos sentimos muy a gusto en este riad.
El día de hoy va a ser de lo mas tranquilo. Para terminar el viaje de lo mas relajadas, hemos decidido ir por la tarde a un hamman. Bueno, esto ya lo habíamos pensado desde antes de iniciar las vacaciones. Yo en Damasco había ido a uno, y tenía muchas ganas de repertir, jejeje. En nuestra salida de la medina hay uno que tiene muy buena pinta y por 250 dirhamm (unos 25€) tenemos baño y masaje...
Si ayer Silvia no se sentía muy bien, yo he amanecido con dolor de garganta y algo griposa. Supongo que el frío de la habitación y habernos acostado el día anterior con el pelo mojado, ha tenido algo que ver. Nota mental para las chicas que suelen preocuparse mas de estos detalles jejejeje, en la mayoría de los riad no tienen secador de pelo...
Hoy paramos a desayunar en una super confitería que hay de camino a la Gran Plaza y de la que ya tomamos nota ayer...madre miaaaaaaa cuantas cosas para comer...
No estoy poniendo haciendo mucho hincapié en los precios de las cosas, pero vamos, alimentarse en Marruecos es muy barato. Dos cafes y dos bollos son 18 dirhams ( no llega a dos euros).
La verdad es que hoy no sabemos muy bien que hacer, estamos cansadas y con la ruta de ayer con Youssef ya hemos visto la parte nueva de la ciudad.
Decidimos regresar a la Gran Plaza y mezclarnos con la gente.Su nombre árabe es Plaza Djemaa el Fna y es el verdadero corazón de la Medina. No se sabe muy bien el origen de su nombre, puesto que significa "plaza de la muerte" lo que hace pensar que en otra época se ejecutasen aquí a ladrones e infieles, pero todo esto son congeturas...
Lo atractivo de esta plaza, que a simple vista no tiene ni grandes ni hermosos edificios a su alrededor, no es su geometría o su belleza, sino la gente que en ella se encuentra. Desde la mañana y hasta comienzos de la tarde ese adueñan de la plaza personajes de lo mas variopintos: encantadores de serpientes, adivinadoras de la suerte, una especie de dentistas con un montón de prótesis de dentaduras,tatuadoras de henna y un montón de artistas de populares.
En la plaza siempre está presente el minarete de la Mezquita Koutoubia.Es el edificion mas representativo de la ciudad y aunque su entrada está prohibida a los no mulsumanes, se pueden visitar los jardines que la rodean. La mezquita original data, en
realidad, de los tiempos de la dinastía berber de los almorávides, allá
por el año 1120, pero fueron los almohades en el siglo XII, quienes realizaron cambios
significativos en el estilo, imprimiéndole el aspecto que perduró
hasta nuestros días.El minarete se incluyó posteriormente.
Como ya dije en nuestro día en Rabat, por su aquitectura y sobriedad, la Koutoubia fue tomada como modelo para la construcción de la Torre Hassan y la Giralda de Sevilla.
De la Gran Plaza regresamos nuevamente a los zocos a realizar nuestras últimas compras. Una cosa que me resultó extraña, es que aquí cuando preguntamos por los zocos, no nos entienden, y es que en árabe se llaman souk, que significa "gran desorden". Es cierto que suele haber mucho barullo y las calles son en principio laberínticas, aunque poco a poco te das cuenta de que hay una calle principal que envuelve el zoco y el resto son calles transversales, por lo que orientarse es bastante fácil. Pero las tiendas tiene un orden increíble, jajajaja.
Como ya dije anteriormente, es tal el producto expuesto, que es muy difícil quedarse con todo lo que ves o te enseñan.
Otra cosa a tener en cuenta es que venden artesanía, por lo que muchas
veces es dificil encontrar lo que exactamente quieres, porque no les
queda en ese color o sencillamente no tienen tu número, jejejjejee, pero
es gracioso como se vuelven locos buscando exactamente lo que tu les
estás pidiendo.
Nos adentramos en una zapatería para comprar unas bailarinas para Silvia, yo ya tenía este modelo y parecen unos zapatos de los mas cómodos, y como no, del modelo que le gustaba no había su número y del que si había su número, no le gustaba el modelo, por lo que el vendedor ni corto ni perezoso, nos invita al sótano donde guardan el resto del género.
Nosotras, que confiamos en que solo quiere vendernos los zapatos, aceptamos sin preocupaciones, y tras mucho rebuscar... ¡por fin encontramos unas! Eso si, a la hora del regateo tuvimos que ofrecer dos instantáneas con su móvil, para fardar de nosotras con sus amigos, y dejarme tocar el culo...jajajaja, Sil, me debes una...
Con las últimas compras y bastante cansadas, volvemos al riad para hacer tiempo antes de ir al hamman y decidimos escribir las postales a nuestros amigos.
Pedimos las últimas direcciones y salimos a buscar una estafeta de correos para enviarlas. Cerca del hamman había una, así que no tendremos que ir muy lejos.
Cuando llegamos allí resulta que está cerrada, pero en una tienda de recuerdos que hay enfrente podemos comprar los sellos sin problemas.Adelantándome a los acontecimientos, puesto que el relato lo estoy escribiendo desde España, Silvia y yo somos las únicas que no recibimos la postal... ¿quizás el destino intenta decirnos algo, o será que nuestro cartero es coleccionista de sellos?...
Llegamos al hamman y aunque yo no tengo mi mejor día para una exfoliación, me duele todo, estamos impacientes por este momento de relax. Nosotras hemos optado por el baño normal, acompañado de un masaje, pero también se pueden recibir tratamientos extras de hidratación con mascarillas de barro.
Este hamman parece mas bien para turistas, puesto que nos atiende un hombre y quien nos acompaña a la sala de espera es también un hombre, y por lo que parece, este hamman es mixto y se atiende a hombres y mujeres en las mismas horas.
Digo esto, porque en la cultura musulmana los hombres y las mujeres nunca se mezclan, ni siquiera en el momento de rezar, en el que cada sexo ocupa una parte en la mezquita, pues mucho menos en algo tan íntimo como darse un baño.
Recuerdo que en Damasco, el hamman pertenecía durante 3 horas de la tarde a las mujeres y era atendido exclusivamente por estas y estaba cerrado a cal y canto, en cambio cuando llegaba el turno de los hombres, el hamman permanecía un poco mas abierto a ojos de extraños y era manejado íntegramente por ellos.
Mientras esperamos nuestro turno y nos tomamos un te, curioseamos entre las revistas y cual es nuestra sorpresa cuando encontramos un Hola del año pasado con la nietísima en sus vacaciones en la ¡Antártida!, pero como he podido estar yo 365 días sin tener conocimiento de esto...jajajjaa. Mis amigos dicen que tengo un gran parecido con esta señora, yo no lo creo, pero aquí os dejo una comparativa...juzgad por vosotros mismos...
El hamman o baño turco es una modalidad de baño que incluye limpiar el cuerpo y relajarse. En la cultura árabe desempeña un papel muy importante como punto de reunión y ritual de higiene.
Los pasos son muy sencillos. Primeramente saber que el baño no lo tomas tu, sino que te lo dan, por lo que nadie se sorprenda de que la persona responsable de que estés a gusto, te bañe como cuando eras una niña jejejee. Consiste en un primer baño con jabón, en este caso de argán y permanecer durante 10 min en un baño con vapores. Una vez ablandada la piel, pasas a una camilla donde te exfolian, pero a conciencia...jajajaja en un punto intermedio entre el dolor y el bienestar... Te vuelven a bañar para eliminar todos los restos de piel muerta...o no tan muerta...jejejejejeje y proceden al masaje con aceites aromáticos.
Esto es lo mejor, porque no hay un solo músculo del cuerpo que no se quede relajado. Es una mezcla entre masaje deportivo y relajante, por lo que hay momentos en que duele mas de lo que relaja, eso si, cuando termina estás como en una nube...
Ya ha anochecido y mañana tenemos que madrugar mucho puesto que nuestro avión sale a las 07:00 a.m. Regresamos al riad para avisar de que mañana nos pidan un "transfer" que nos lleve al aeropuerto. Son 50 dirhams por persona ( unos 5€) y a la llegada a Marrakech nos cobraron 10€ por cabeza por llevarnos al centro de la ciudad.
Nuestro ya amigo Youssef finalmente no puede acompañarnos esta noche, una pena porque habíamos planeado fumar en cachimba o narguile, pero no pasa nada.
Tomamos un taxi hasta el centro de la ciudad nueva, en la av Mohamed VI, y nos bajamos en una plaza donde hay muchas tiendas europeas...o españolas mas bien, jejejeje. Mango, Zara...y también hay cadenas de comida rápida.
Tras dar unas vueltas y librarnos de los marroquíes pesados que se sorprenden de ver a dos chicas solas por la noche, decidimos cenar en un restaurante italiano en una terraza, puesto que la temperatura de la noche acompaña.
Yo hoy me encuentro realmente mal, así que tras la cena y un breve paseo, tomamos otro taxi y nos regresamos al hotel. Hoy es nuestro último día en Marruecos, así que toca despedirse de Marrakech...
Hasta mañana...
Sil y Bego