A la hora indicada nos trasladamos
al aeropuerto de Delhi para volar a Benares. A pesar de que tenemos maquinas para hacer el check in sin pasar por mostrador ( hemos dejado las maletas en el hotel y llevamos una mochila de mano con lo necesario para dos días) , tenemos un problema porque en el viaje de ida, dos días antes nos cambiaron la compañía para volar de Delhi a Udaipur y Indian Air line ha bloqueado el resto de vuelos.
Tras pasear un buen rato por el aeropuerto de mostrador en mostrador, conseguimos que nos reactiven los vuelos y que nos den las tarjetas de embarque.
Benares o Vanarasi es uno de los sitios más sagrados de la India y donde muchos peregrinos hindúes vienen para bañarse en las aguas de su río y lavar los pecados. También es un lugar sagrado para morir, aquí es posible contemplar los rituales de la vida y la muerte en la misma calle. Es esta espiritualidad tan palpable en cada rincón la que hace que Varanasi tenga un encanto especial.
Tras pasear un buen rato por el aeropuerto de mostrador en mostrador, conseguimos que nos reactiven los vuelos y que nos den las tarjetas de embarque.
Benares o Vanarasi es uno de los sitios más sagrados de la India y donde muchos peregrinos hindúes vienen para bañarse en las aguas de su río y lavar los pecados. También es un lugar sagrado para morir, aquí es posible contemplar los rituales de la vida y la muerte en la misma calle. Es esta espiritualidad tan palpable en cada rincón la que hace que Varanasi tenga un encanto especial.
Nada mas llegar el contraste con la provincia de Rajastan es enorme. Las calles y las casas se ven muy viejas. El trafico se triplica con el resto de lo que hemos visto hasta ahora, hay 50 motos por cada coche y todas quieren pasar al mismo tiempo y las bocinas nos taladran la cabeza.
Aunque el trayecto desde el aeropuerto al hotel no es muy largo, con esta congestión de trafico tardamos mas de una hora en llegar.
Parece que se han terminado los hoteles boutique y desde Agra nos alojamos en hoteles de 5 estrellas, pero modernos. Están muy bien también, pero no podemos olvidar el hotel de Khimsar…
Después de comer en el hotel y refrescarnos un poco, empezamos la visita por la ciudad. Caminamos hacia una zona peatonal llena de gente y de tiendas para visitar la zona antigua de la ciudad y acercarnos al Ganges.
Si moverse en coche era difícil por el trafico, hacerlo caminando no es mucho mas fácil, porque a pesar de ser una zona peatonal, las motos y los rickshaw (bicicletas con carro) en los que se mueven los hindis, lo hace muy difícil. La multitud de gente es considerable también.
La lluvia hace que las calles estén encharcadas y llenas de barro, lo que da un aspecto mucho mas sucio y viejo a la ciudad. Teníamos programado un paseo al amanecer por el rio Ganges, pero el guía local nos comunica que la policía ha prohibido salir en barca por la crecida del rio.
Si moverse por las calles amplias es difícil, callejear lo es mucho mas, porque a pesar de ser muy estrecho, las motos se mueven por aquí a toda pastilla. En este punto se nos une el guía local y el barquero que nos iba a pasear la mañana siguiente por el Ganges, que al no poder darnos el paseo y estar este ya pagado, complementa las explicaciones de nuestro guía en un básico ingles.
Uno de los templos mas importante de Benares es el llamado templo dorado, por el color de su cúpula. Es imposible visitarlo si no eres creyente y el único punto desde el que podemos fotografiarlo es este. Nos sorprende un montón ver a la policía aquí.
Están excavando el centro antiguo para rescatar los templos antiguos que están enterrados bajo los escombros, lo que hace que la ciudad parezca aun mas sucia y vieja.
Desde aquí se ve ya el rio Ganges y las llamaradas de uno de los crematorios que hay al lado del rio. El guía nos pregunta si queremos ver de cerca uno y nosotros decimos que si. El barquero será quien nos explique y nos lleve a verlo.
Con todo el respeto del mundo, nos acercamos a un crematorio. La crecida del rio es considerable y ya esta entrando a las calles de la ciudad. El crematorio esta en una zona embarrada, rodeada de troncos de madera y donde una marabunta de gente sube y baja y se habla a gritos. Subimos a las pilas y podemos ver como colocan un cadaver para encenderla. Pedimos bajar y nos explican al lado de una hoguera que ese es el fuego eterno, que nunca se apaga y con el que los familiares, encienden la pila donde se incinerara a su pariente. Finalizada la explicación, nos piden una ayuda para comprar madera para aquellos que sus familias no pueden pagar.
Aunque una de las principales atracciones de Benares, son los ghats o terrazas escalonadas que dan acceso al río Ganges, dónde los peregrinos venidos de toda la India toman sus baños rituales y lavan su ropa. Alrededor de ellos gira gran parte de la vida de la ciudad. El ghat más concurrido y quizás el más grande de todos es el de Dasaswamedh, dónde solo hay que sentarse en las escaleras y contemplar el ir y venir de peregrinos. Otros que también vale la pena visitar, aunque solo sea por el hecho de recorrer los laberínticos callejones que dan acceso a ellos, son los de Meer, Lalita y Manikarnika, este último es el principal de los dos centros de cremaciones que se encuentran a la orilla del Ganges, y esto se nota en las pilas de madera de sándalo para la cremación que hay ahí. En la parte sur de la ciudad también hay otros ghats interesantes como los de Tulsida, Bachraj, Jain y Shivala.
Con la crecida del rio, las escaleras de los ghats han desaparecido, por lo que la ceremonia de esta noche la tendremos que ver desde una terraza, porque acercarse al rio es bastante peligroso.
A la hora indicada nos dirigimos a uno de los ghats para contemplar la ceremonia del "Rezo al Ganges" y que se hace todas las noches.
Nosotros estamos en una terraza, pero muchos prefieren instalarse en las barcas amarradas a la orilla del rio para asistir desde ahí y soltar pequeñas lamparitas como ofrenda.
A nosotros esto nos parece un poco guiri, como muy teatral, pero me sorprende ver que a los hindis que nos rodean, se lo toman muy en serio y se cabrean cada vez que los turistas se levantan para tomar mejores planos de la ceremonia.
Yo me distraigo mirando como poco a poco las barcas de la orilla se llenan de turistas y hindis emocionados con al ceremonia. Ha dejado de llover y el calor hace insoportable tener el chubasquero puesto. Pensaba que nos iban a comer los mosquitos por la noche, tan cerca del rio, pero atraídos por la luz, atacan constantemente a los monjes que entonan la ceremonia. Yo por si acaso tengo mi relec en la mano, porque no voy a permitir que me vuelvan a comer viva como en Jaipur.
La ceremonia consiste en una serie de canticos donde se ofrecen diferentes símbolos al rio, fuego, flores, incienso, el sonido de unas conchas...
Me gusta ver como la gente canta y baila con la ceremonia...
Antes de que termine la ceremonia y para evitar las aglomeraciones nuestro guía nos dice que nos vayamos después de pagar 100 rupias por el asistir a la ceremonia.
Ha empezado a llover de nuevo y el camino desde el rio hasta el coche se hace interminable. Entre la gente, las motos, los tuc-tuc que se paran continuamente para ofrecernos sus servicios, me estoy empezando a agobiar un poco.
Por fin llegamos hasta nuestro conductor que nos lleva al hotel para refrescarnos antes de la cena. Cenamos en el hotel de al lado, otro hotel boutique con un restaurante hermoso y una comida excelente. Después de una cervecita y la cena, parece que se me ha olvidado el agobio vivido hace unas horas. Mañana continuamos visitando la ciudad y por la tarde regresaremos a Delhi.
Bego
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