A primera hora de la mañana,
salimos hacia Ranakpur (90 km/2 horas aprox.), donde se encuentra uno de los
templos jainistas más famosos, dedicados a Adinath, que datan de comienzos del
siglo XV.
Sin duda, uno de los templos mas bonitos que vamos a ver en todo el viaje. Para entrar, solo se permite una cámara de fotos ( el móvil se considera cámara de fotos) , debes ir descalzo y con los brazos y las piernas tapadas y no puedes entrar ni con comida, ni con nada de cuero ( reloj, cinturón, sombrero...)
Visto desde fuera es impresionante, pero por dentro es increíble ver todas las columnas de mármol gravadas con hojas y símbolos religiosos. En la parte central hay una especie de altar donde se encuentran unas figuras religiosas que al no ser practicantes, no podemos ni fotografiar, ni pisar.
El templo tiene partes abiertas, no es un edificio completamente cerrado, lo que permite que se ventile y junto al mármol, hacen que el calor de fuera no se perciba en su interior. La visita con audio guía, se hace muy agradable con esta temperatura.
Cualquier punto del templo es hermoso e impresionante, no puedo de dejar de hacer fotos . Al igual que ayer en Udaipur, las estatuas de elefantes son alucinantes. Y creo que se nota que es mi animal favorito...jajajajaja.
Parece ser que este templo se construyo porque un jainista lo visualizo en un sueño en el 1437, y sin duda, pasear por el es como estar en un sueño.
De la visita al templo me quedo con esta anécdota tan divertida. Estoy tranquilamente sacando fotos, y la señora del velo verde se me pone al lado. Yo, ingenua, pienso que se quiere hacer una foto en ese punto, y amablemente me aparto. Pero cual es mi sorpresa, al ver que inmediatamente, la mujer se me vuelve a acercar. Como no entiendo, me vuelvo a separar y la señora me sigue. Cuando me giro para mirarla, me sonríe y señala a su hijo que móvil en mano, intenta hacerme una foto con su madre jajajjajja. Por supuesto, una vez entendida la situación, poso tranquilamente con la señora y el resto de la familia en una de mis primeras sesiones fotográficas del viaje, jajajajja. Por supuesto, viendo a estas mujeres con sus maravillosos sharis , no dudo en pedirles que posen para mi recuerdo.
La ciudad de Ranakpur se encuentra entre Udaipur y Jodhpur , en medio de la montaña, por lo que el viaje transcurre entre montañas en las que podemos ver variedad de animales. En el país, es posible hacer safaris para ver tigres y animales salvajes, pero en mi caso no veo diferencia, porque hasta el momento, a parte de las famosas vacas, hemos visto en la carretera elefantes, monos, pavo reales, pajaros … y aun nos quedan mas sorpresas...
Paramos a comer en este hermoso restaurante en mitad de la montaña, donde empezamos a tomar confianza con nuestro guía, mientras los ametrallamos a preguntas sobre la vida en India...
Después de esta visita, continuamos hasta Jodhpur (177 km/4 horas aprox.), una de las principales ciudades rajastanies, cuya impresionante fortaleza, que veremos mañana, domina el barrio azul de los brahamines.
Fundada en el año 1459 por el rey Jodha, la ciudad antigua aparece en una gran meseta de gres, rodeada por una muralla de 10 kilómetros en la que se abren ocho puertas. Posee una gran variedad de edificios, entre los que destacan el palacio/museo Umaid Bhawan, residencia del maharaja Umaid Singh y que actualmente es un hotel y el fuerte de Mehrangarh, construido por Rao Jodha en 1.459, que se se levanta a 120 metros de altura y que cuenta con distintos edificios entre los que destacan los palacios de la Perla, del Placer y de la Flor, en los que se exponen distintas piezas de la realeza india como sillas de elefante, pinturas en miniatura, instrumentos musicales, armamento raiput, palanquines, cunas, vestiduras y muebles. También merece la pena un recorrido por el bazar Sadar, auténtico corazón de la ciudad vieja, donde los sentidos se llenan de olores, ruidos y colores.
En Udaipur, el hotel nos dio la bienvenida con unos preciosos collares de flores y hoy en Jodhpur nos sorprenden pintando con sándalo nuestras frentes. Nuevamente el hotel nos sorprende gratamente. Esta ubicado en una antigua mansión que al parecer pertenece al primo del rey de Jodhpur. Nuestra habitación es preciosa y las instalaciones del hotel, una maravilla.
Para la cena, después de hacer unas compras ( esta ciudad es famosa por sus textiles) , el guía nos sorprende con este hermoso restaurante con vista al palacio real. Los camareros visten como en las películas sobre la colonización inglesa de la India.
Ya en la cena, nuestro guía nos comenta que este restaurante lo mandaron construir los hijos del rey anterior para poder disfrutar de fiestas privadas. A pesar de lo lujoso que parece, puesto que decidimos cenar en la terraza, la cena no supera los 20€.
Mañana visitaremos la ciudad de Jodhpur, así que con la protección del dios Ganesha , patrón de las artes , las ciencias y patrón de la abundancia, nos vamos a dormir.
Bego
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