Penúltimo día en la Toscana y el tiempo anuncia las primeras tormentas de septiembre. Según las predicciones meteorológicas hoy hay chubascos débiles y para mañana tormentas. Visto que ya hemos pasado la mayor parte de la semana en la playa, tampoco nos preocupa terminar las vacaciones con un poco de lluvia.
Hoy vamos a visitar Siena. Como estamos en la costa, nos va a tocar un buen paseo, unas dos horas, pero la ciudad lo merece, por algo la llaman la pequeña Florencia.
Hoy vamos a visitar Siena. Como estamos en la costa, nos va a tocar un buen paseo, unas dos horas, pero la ciudad lo merece, por algo la llaman la pequeña Florencia.
El viaje es poco cansado puesto que para ir por autopista subes hacia Pisa para luego coger el enlace hacia el sur. Es una autopista estrecha y llena de curvas, por lo que la conducción es un poco pesada.
Entramos en la ciudad a media mañana y el tráfico ya es bastante intenso. No tenemos muy claro por donde empezar, así que viendo la imposibilidad de aparcar en la calle, nos metemos en un parking. Sin quererlo, ya estamos situados al lado de la fortaleza Medicea y aprovechamos para rodearla y tener una primera vista de la ciudad.
Salimos de la fortalez por la calle Cesare Maccari hasta un parque con arena y varias estatuas y continuamos hacia el estadio y allí torcemos a la izquierda subiendo a unas escaleras y llegamos a una plaza. Ya estamos en el centro de Siena...
Tampoco voy a hacer una ruta de las calles, primero porque ni me acuerdo y segundo porque en cuatro calles ya estábamos en el centro de la zona vieja.
A pesar de que cuando llegamos el cielo aún estaba despejado, de repente nos sorprende una nube que descarga con furia sobre la ciudad y nos obliga a guarecernos. Por suerte un café nos acoge encantado jajajajja y cual es nuestra sorpresa cuando vemos que las ventanas del primer piso dan a la plaza de "Il Campo"...
Como aún es temprano, aprovechamos para hacer un almuerzo dulce, capuchino y corneto...que rico. Por supuesto, no podemos desaprovechar las vista para hacer todas las fotos que podemos...jejejeje
Por fin ha descampado y proseguimos nuestro paseo por la ciudad. Bajamos a la plaza que con el suelo mojado está muy bonita y cotilleamos entre los puestos de recuerdos. Eso si, cuidado al bajar porque la cuesta es pronunciada y resbaladiza...
La ciudad es muy bonita, sus calles estrechas y empedradas me recuerdan a mi querido Santiago de Compostela (salvando las distancias), pero tengo una queja bastante importante, y es que los habitantes de la ciudad son bastante desagradables. Desde que hemos llegado no he dejado de recibir empujones de los habitantes. Yo nací en una ciudad pequeña con miles de turistas al año que colapsaban las estrechas calles... y jamás se me ocurrió el empujar a nadie para que me dejase pasar...
Poco a poco vamos recorriendo las calles y entrando en los palacetes que aparecen a nuestro paso con hermosas fachadas y decorados patios...precioso
Y sin darnos cuenta, ya estamos encaminados a la plaza donde se levanta firme y hermosa la catedral de Siena...Il Duomo...
La catedral fue diseñada sobre la base de una estructura más antigua, y terminada entre 1215 y 1263 por Giovanni Pisano. Pertenece, por tanto, a la fase plena del estilo gótico. Presenta planta de cruz latina con crucero, cúpula y un campanario. La base de la cúpula es octogonal y sólo se hace circular por encima de las columnas de apoyo.
La fachada principal es una de las obras maestras del gótico italiano. Se trata de una fachada-pantalla, en la que el diseño geométrico (gabletes triangulares inscritos en cuadrados, circunferencias perfectas de óculos y arquivoltas) aparece enmascarado por una fastuosa decoración en la que intervienen elementos arquitectónicos (pináculos y cresterías de complicado diseño), escultóricos y el toque de color que aportan los mosaicos, de excelente factura. Es de destacarse el uso de figuras geométricas frente a la preferente verticalidad de las catedrales del gótico francés.
En el frontón principal, de forma triangular puede verse una bella imagen de la Coronación de la Virgen, rodeada de un coro de ángeles. La Virgen está sentada en el mismo trono de Cristo, símbolo de María como madre, pero también como esposa, símbolo de la Iglesia.
La naves se dividen mediante arcos de medio punto. El exterior e interior del templo aparecen decorados con un placado de mármol blanco y verdoso, formando unas características rayas o bandas horizontales. Blanco y negro son los colores simbólicos de Siena, tomados de los caballos blanco y negro de los fundadores legendarios de la ciudad: Senio y Asquio.
Sin duda Il Duomo es igual de maravilloso por dentro que por fuera. Esas columnas negras y blancas son una pasada y no puedo dejar de hacer fotos desde todos los ángulos. La entrada son 7€, pero merece la pena pagarlos por ver esta maravilla...
Para entrar tienes que pasar un control de seguridad donde te revisan la entrada, camino por uno de los laterales absorta haciendo fotografías (sin flash por supuesto!!!) sin problemas, rodeo el altar mayor disfrutando de los frescos del techo cuando de repente, Oh!! que horror!! ajena a mi falta de decoro, una de las vigías ( no vigilantes de seguridad) del templo, se da cuenta de que mi vestido, a pesar de ser por la rodilla y sin escote...enseña parte de la espalda!!!!!! jajajajaja. En italiano me pregunta que si no llevo algo con lo que poder taparme, a lo que con una sonrisa contesto que no...Su mirada de asco es el preludio de lo que va a acontecer... Otro de los vigías ( que no vigilantes de seguridad) aprovecha para traer una especie de capa de papel que con bastante bordería, me invita a ponerme. Yo, que ya estoy acostumbrada a que me echen de templos religiosos ( de verdad que no lo hago a posta...), sonrío y le digo que muchas gracias pero no, que no soy ningún súper héroe y que no necesito capa, pero que como ya he hecho las fotos que quería me voy...
Jajajajja...Helena que tiene mas humor que nosotras, la coge para hacer la foto de rigor... Se me olvidaba que en Italia son tan modernos que falta ir a misa con cuello alto y mantilla, en fin...
Después de la anécdota , y como ya es la hora de comer, buscamos algún restaurante chulo donde comer pasta fresca.
Decidimos entrar en uno cerca de la plaza del Duomo, puesto que los precios son mas o menos iguales en todos lados. Apostamos por unos antipasti y pasta fresca...La peor comida en mucho años...La pasta está insípida, los antipasti secos y asquerosos y hasta el pan es incomible. La broma unos 25€ por cabeza...
Después de comer, planeamos que hacer. Nuestra idea era visitar los baños de San Filipo, pero están aún a una hora hacía el sur y se asoma una gran nube negra que no invita lo mas mínimo a visitarlos. Además, aun nos quedan dos horas de viaje para volver a casa...
Aprovechamos un rato mas para hacer turismo entre las tiendas de vuelta a casa y aprovechamos para hacer fotos a la plaza del campo con un poco menos de gente y posar en ella...
Los baños de San Filipo son unas piscinas naturales en piedra caliza de aguas calientes y una de las termas en las que puedes bañarte si visitas la Toscana. Además son gratuitos, aunque a su alrededor hay un balneario de lujo, si eso te apetece mas.
Bagni San Filippo es una pequeña y encantadora localidad, a 524 metros de altura sobre el nivel del mar, que ocupa una espléndida posición entre los bosques del Monte Amiata y la bellísima campiña de Val D’Orcia. Su nombre procede de San Filippo Benizi, quien fuera prior de la orden florentina de los Siervos de María. En 1296, se retira en calidad de ermitaño a este rincón de Toscana para evitar ser elegido Papa en el cónclave de Viterbo.
Las investigaciones arqueológicas han demostrado que Bagni San Filippo era especialmente apreciada entre los antiguos romanos como localidad balnearia de aguas termales.
Las termas se restauraron en el siglo VXI, en tiempos de Cosme I de Medici, Gran Duque de Toscana, alcanzando tanta fama como para merecer su mención en “La Mandrágora” de Maquiavelo.
Las termas se restauraron en el siglo VXI, en tiempos de Cosme I de Medici, Gran Duque de Toscana, alcanzando tanta fama como para merecer su mención en “La Mandrágora” de Maquiavelo.
Su fama se debe, sobre todo, a las beneficiosas propiedades de sus cinco manantiales de agua caliente cuya temperatura se eleva a 52º C. Además, estas aguas sulfurosas han creado el color del paisaje que circunda las termas, de color blanquecino a consecuencia de los depósitos calcáreos. En muchos lugares se han originado estructuras originales que parecen cascadas. La más importante es la llamada Balena Bianca, cercana a Fosso Bianco, un torrente que discurre a los pies del Monte Amiata, formando una sucesión de remansos de agua cálidos y blancos
Nosotros optamos por apurar hacia el coche y que no nos coja la tormenta que tiene pinta de descargar. Llegamos sin problema al parking, pero en el camino de vuelta no nos podemos librar de la lluvia.
Esta noche cenamos dentro...jajajajajajaja
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