Primer día de nuestras vacaciones ya en Dalyan y listos para saborear el fastuoso desayuno de nuestro hotel, que me han dicho que está delicioso. Nos sentamos a la mesa cerca del lago y de repente empiezan a aparecer a nuestro alrededor bandejas y mas bandejas: café o çai (te), pan recién horneado, pan sin levadura con y sin queso, queso blanco, queso cheedar, mantequilla y mermeladas caseras, unos rollitos de hojaldre rellenos de queso, tomates y pepino recogido directamente de su huerta y zumos de frutas recolectadas también por ellos. El de granada está delicioso...
Después de degustar ese fantástico festín ( ahora entiendo porque los lugareños vienen exclusivamente a desayunar a este hotel) decidimos por votación mayoritaria hacer nuestra excursión en barco. Tenemos un pequeño problema, puesto que somos 13 y solo tenemos un coche. Así que yo me acoplo al coche con los niños jajajja y el resto deberán esperar al autobús de línea ( como diríamos en España).
Por fin está otra vez unido todo el grupo después de haber esperado por ellos un buen rato, y es que al parecer, no llegó a pasar por allí ningún autobús, y no les quedó mas remedio que hacer autostop, jajajaja, pero finalmente llegaron sin problemas...eso si, quejándose un poquito, jajajaja...
Habíamos hecho la reserva previamente por teléfono, así que nos dirigimos al puerto del pueblo para buscar el barco que la agencia nos había indicado.Hay multitud de compañías y de barcos, por lo que tampoco es necesario ser tan precavidos.El barco también lleva nevera con bebidas a bordo y a precios asequibles, por lo que tampoco es necesario ir cargados a la excursión. Nosotros embarcamos sobre las 11 de la mañana y regresamos sobre las 6 de la tarde y nos costó unas 20 liras por persona.El crucero consiste en navegar por el río Dalyan dirección a Kaunos hasta llegar al Mar Mediterráneo.
Desde el puerto de Dalyan se pueden ver perfectamente las tumbas-templo de los reyes talladas en la roca y construidas hace unos 2.400 años.
Seguimos hacia el sur, atravesando juncos y una vegetación que a mi personalmente me recuerda un poco a la famosa Albufera valenciana.
De lejos podemos ver la playa Iztzu Beach o playa de las tortugas ( donde desovan las tortugas caretta-caretta o tortuga boba) que nosotros tenemos pensado visitar mañana o pasado. Es espectacular ver desde aquí el inmenso arenal y como ya el color del agua se vuelve cada vez mas turquesa.
Cuando ya llegamos al mar y el agua es de un color tan azul que da pena atravesarla, nuestro capitán decide que es hora de que tomemos nuestro primer baño. Yo soy un poco perezosa, jejejeje y es que a pesar de que fuera la temperatura es alta, no olvidemos que aun es junio y el agua está un poquito fresca aún. Las caras de frío de mis amigos tampoco me tientan a lanzarme al agua...
Después de varios chapuzones, nuestro barco nos deja en la playa de Eikinciki. También se puede llegar aquí en coche, pero sería mas de una hora de trayecto.Quedamos con el capitán para que nos recoja sobre las 5 de la tarde, y nos lanzamos en busca de la playa.Además del impresionante resort con puerto propio, hay un par de restaurantes donde tomar unas cervezas e incluso comer algo. Comida básica, de chiringuito,no esperéis delicatessen ... Nosotros tomamos unas albóndigas sin salsa que están deliciosas...
Esta claro que de la excursión, soy el único pescadito de playa...Mientras el resto descansan a la sombra en las hamacas que se pueden alquilar, yo me lo paso genial chapuceando en el mar...y es que aunque en el primer contacto el agua parece que está fría, en cuanto te sumerges, el agua está deliciosamente calentita...Solamente una de las niñas se atreve a seguirme, pero parece que le hace mas gracia la piscina...
A las 5 en punto estamos en el puerto y nuestro capitán ya está esperándonos. Seguimos de ruta rodeando la costa y viendo los cruceros que están atracados. Otra opción de conocer esta zona es alquilar un barco para 6 personas y navegar durante una semana...
Ya de regreso, hacemos una pequeña parada en una especie de batea u oficina flotante, desde la cual un pescador se empeña en lanzar repetidamente un cangrejo al agua.La verdad es que lo siento por el pobre cangrejo, porque a pesar de estar muerto, se ha tenido que mojar unas veinte veces sin conseguir ningún resultado. Parece ser que estaban llamando alguna tortuga de agua que tuviese hambre a esas horas...
Cansados de tanto nadar y de tanto sol regresamos al hotel listos para degustar la fantástica cena que el hotel prepara todas las noches...
Creo que tengo claro que yo cenaré pescado jejejejeje...Pero del hotel os sigo contando otro día, así que hasta mañana...
Bego