Aprovechando
nuestros últimos días por Osijek, y estando relativamente cerca, decidimos
pasar el fin de semana en Budapest.
Hace
14 años que yo lo visité, en 2009 concretamente, pero es de esas ciudades que
merece la pena repetir.
Desde
Osijek son unas 3 horas en coche (3 horas y media desde Zagreb) y gran parte es
autopista. Recuerda que en Hungría tienen viñeta, por lo que, bien puedes
comprarla por internet con anterioridad (para ello debes saber la matrícula del
vehículo) o una vez que pases la “frontera” en cualquier gasolinera.
Esta
vez he comprado la e-vignete directamente en la web de las autopistas húngaras.
Lo mínimo son 10 días y cuesta alrededor de 21€ (5.856 ft) (www.en.autovignet.hu).
Solo Zagreb - Osijek por viaje son 16€, así que no es muy cara. Tenéis otras
alternativas para comprar la e-vignete, por lo que podéis comprobar precios.
Respecto
al alojamiento, a mí me gusta reservar por Booking, porque tienes un montón de ofertas
y, opción de cancelar. Después de varios cambios, y teniendo en cuenta que solo
vamos a dormir, ya que veremos la ciudad en un solo día, he encontrado el
Centric Lifestyle Apartments, situado en el centro, muy cerca de la Opera por
49€ (incluidos impuestos locales) Para ser agosto, creo que es muy buen precio.
Es un apartamento básico, con una cama doble y una individual y muy limpio.
Curioseando
por internet, he visto que el parking del National Museum tiene los mejores
precios y aceptan tarjeta, muy importante. Lo parkings alrededor de nuestro
alojamiento ofertaban el ticket diario entre 15.000 y 18.000 ft.
También
se puede aparcar en la calle, sábado y domingos es gratis y también nos
enteramos de que el resto de la semana, a partir de las 6 de la tarde no se
paga. Siendo una zona tan céntrica, no creía que fuese fácil, pero por suerte
nosotros aparcamos en la calle. Si no queréis complicaros la vida con el cambio
y aparcar en la calle, podéis usar la app EasyPark, que os permite pagar online
y sin preocupaciones.
Os
prometo que nadie me paga publicidad, jajajajaja, pero cuando las cosas
funcionan bien, no lo voy a esconder.
Madrugamos
y llegamos a Budapest sobre las 10 de la mañana. Como no podemos hacer el
checking hasta las 14:00 y la previsión para hoy es de lluvia, aparcamos lo más
cerca posible del Palacio de Buda.
A
pesar de que durante toda la semana ha hecho sol, llegamos a Budapest con el
cielo encapotado. El mes de julio terminó con tormentas y una bajada
considerable de las temperaturas y parece que agosto va a ser igual. Por suerte
no está lloviendo, pero el bochorno se nota.
Cerca
del aparcamiento hay un ascensor o unas escaleras que nos lleva a la zona del
Palacio. Hasta el momento no se veía mucho tráfico o gente en la ciudad, pero
veo que estaban todos aquí jejeje… La zona está en obras, y el Palacio y
edificios aledaños en reconstrucción. Pero para mí, lo mejor de esta zona son
las vistas de la ciudad.
Poco
a poco nos vamos integrando con el resto de los turistas y pacientemente
tomamos nuestras fotos de las vistas y del edificio.
También
se puede visitar el laberinto del Palacio de Buda. Se supone que estas galerías
se han ido formando a través de los años debido a las corrientes naturales de
aguas termales. Os dejo algunas fotos de mi viaje en 2009.
Desde aquí volvemos a la zona principal de Buda y callejeamos hasta el bastión de los Pescadores. En esta zona hay muchas tiendas de recuerdos y terrazas donde tomar algo.
Primero
pasamos por la Iglesias de S. Matías en la Plaza Szentháromság, que también
tiene partes en reconstrucción.
Hasta
aquí puedes venir en autobús o cruzar el puente de las cadenas y tomar el
funicular.
Para
acceder a la terraza del bastión tienes que pagar entrada, pero hay una zona
gratis desde las que puedes tomar fotos de las vistas.
Cogemos
el coche y cruzamos a Pest. Llegar al hotel es bastante fácil, el tráfico es
bastante fluido y por suerte aparcamos casi en la puerta. Justo delante hay una
terraza de un local alternativo y nos sentamos para tomar algo y confirmar que
hoy sábado no se paga aparcamiento. Las chicas son muy amables y aprovechamos también
para almorzar. The Garden Studio & Café, restaurante vegano y tienda de ropa
alternativa.
El
hotel está a 2 minutos de la Ópera, así que aprovechamos para hacer unas fotos.
El edificio se puede visitar por dentro (https://www.opera.hu/).
Esto yo lo tenía tachado del 2009 también, jejeje.
Desde
aquí vamos a la Gran Sinagoga que está a unos 15 minutos caminando. La vemos
solo por fuera, puesto que hoy sábado está cerrada. La entrada son 25€, yo la
visite en mi anterior viaje, y creo que es un precio un poco alto. Tampoco me
convenció la visita guiada.
Otra
opción es visitar la sinagoga de la calle Rumbach. Está cerca de la gran
sinagoga y he visto que puedes comprar las entradas de ambas en la misma web.
La visita cuesta 7 € y su interior es muy parecido a la Gran Sinagoga.
Cerca
de la Sinagoga está el Mercado Central que todavía está abierto, así que
aprovechamos para una visita rápida. Por dentro...
Al lado del mercado se encuentra el puente de la Libertad, puente del S.XIX, decorado con 4 esculturas de Turul y un escudo de armas.
Y en la orilla de enfrente, el Balneario Gellért. En España lo conocimos por aquel famoso anuncio de los "cuerpos danone". A la derecha del puente, también en la otra orilla se divisa la colina con la ciudadella de Budapest.
Desde aquí toca volver hacia el centro. Para
ir al parlamento nos vamos por el paseo del rio para ver el Puente de las
cadenas, también del S. XIX y el mas emblemático de la ciudad.
Por la noche se ilumina y eso lo hace mas espectacular.
Antes de llegar al Parlamento, si continuas por el río, te encontrarás con los zapatos en la orilla del Danubio, monumento para honrar a los judíos
masacrados por los milicianos húngaros fascistas pertenecientes al Partido de
la Cruz Flechada en Budapest durante la Segunda Guerra Mundial. Se les ordenó
que se quitaran los zapatos (los zapatos eran valiosos y podían ser robados y
revendidos por los milicianos tras la masacre), y fueron fusilados al borde del
agua para que sus cuerpos cayeran al río y fueran arrastrados. El monumento
conmemorativo representa sus zapatos abandonados en la orilla.
Para
visitar el Parlamento, puedes comprar las entradas directamente en la web, unos
15€. https://www.parlament.hu/web/visitors. No os
preocupéis que con el traductor podéis seguir los pasos sin problema, eso sí,
por horarios me toca meterme en un grupo de italianos. El grupo en ingles era
demasiado temprano y algo entenderemos en italiano. Intenté comprar las
entradas en algún otro portal y te pedían entre 20 y 25€. Aquí si había tickets
para más horas y para grupos en inglés o español, pero me parece un abuso.
Hace
un rato que ha salido el sol y hace mucho calor, así que decidimos ir al hotel
a descansar un poco. De camino vemos por fuera a la Basílica de San Esteban.
Para visitarla tienes dos tipos de pase 5,34€ entrada a la basílica y 8,40€
subir a las terrazas (12€ las dos juntas).
Una
vez duchados y después de descansar un poco, nos preparamos para salir a cenar.
He reservado en un pequeño bistró cerca del hotel y para que no decaiga el ánimo y no nos dé bajón antes de las 21:00, he reservado un crucero de 70 minutos por el Danubio por 10€/persona. Aquí sí que he acudido a un portal de reservas de viajes, porque era más fácil y mejores precios. El paseo es a las 18:30.
Llegamos
sobre las 18:00 al punto de encuentro y sorprendentemente, nos dejan subir al
crucero casi sin mirar los billetes. No entiendo muy bien los horarios, puesto
que las chicas de delante me dicen que tienen reserva para las 18:00 y
regresamos a puerto a las 19:00. Tampoco veo espacio para otro barco. De todos
modos, nosotros lo hemos pagado, así que lo mismo da las 18:00 que las 18:30...
Por suerte, es en este momento cuando decide ponerse a llover, y no poco precisamente. El barco tiene un toldo, así que si problema.
Con
el viaje viene incluida una bebida, por lo que a mitad de trayecto vamos a por
ella.
Salimos
del crucero y decidimos dar un paseo antes de la cena y comenzamos a callejear.
Reservé en el Retek Bisztró (Nádor ul, 5), un pequeño restaurante de comida
típica húngara con un punto moderno y que recomendaban en varias webs. Y la
verdad es que no estaban equivocadas.
La
comida excelente (goulash y pierna de pato), el ambiente genial amenizado por un pianista, y el local
pequeño y acogedor hizo la velada muy agradable.
A la
salida del hotel, nos esperaba una fuerte tormenta, pero eso ya nos daba igual.
Por suerte solo fueron 10 minutos hasta el hotel, así que llegamos rápido y
pudimos ya por fin descansar de todo el día.
El
domingo decidimos desayunar en el Muvész Coffee House (artistic café) muy cerca
del hotel y de la Ópera.
La
verdad es que la carta es muy amplia, tienes un montón de dulces, croissants,
sándwiches…. Nosotros optamos por un british breakfast, que era el más completo
y nos mantendría tranquilos las 3 horas de viaje que nos esperaban.
En un día no da tiempo a hacer todo lo que me gustaría, pero si tienes tiempo, no olvides visitar alguno de sus famosos balnearios (fotos 2009) que están abiertos en cualquier época del año...
Una escapada breve pero intensa, que hemos disfrutado al máximo.
Bego