Hoy nos ha costado levantarnos, y
entre que a las 04:30 a.m nos despiertan los cánticos coránicos, y que Estambul
tiene mucha vida nocturna, dormir ha sido un poco difícil, jejeje. Vero ha
pasado una noche un poco dura, pero hoy se ha despertado bastante mejor.
Nos aseamos y bajamos a desayunar
ya preparados para salir a pasear. Hace muy buen día, así que no pienso
renunciar a coger un poco de color en esta piel blanquecina que traigo de
España, jejejeje. Falda corta y camiseta de tirantes, eso si, como hoy iremos a
visitar algunas mezquitas, me meto en el bolso un fular y unos leggins, para
taparme antes de entrar a ellas.
Estamos a 20 minutos del barrio
de Sultan Ahmet, así que decidimos ir caminando y volver a cruzar el puente
Gálata, esta vez con las manos desocupadas, para poder fotografiar a los
pescadores que lo decoran.
Entre risas y fotos llegamos a
los pies de la hermosa Yeni Camii y al fondo a la derecha, está la elegante Süleymaniye
Camii que tenemos intención de visitar mas tarde.
Decidimos cruzar por el bazar de las especias, puesto que ayer Vero no lo vio, y para mí, es mucho más bonito que el Gran Bazar.
Curioseamos entre los puestos de especias, dulces típicos, caviar… y oh!! Sorpresa…Afrodisíaco? Y es que por estos lares, la potencia sexual es muy importante, jejejeje no hay mas que ver los escaparates de las farmacias con montañas de cajitas de viagra.
Aprovechamos para comprar algunos
regalillos pendientes del día de ayer y caminamos tranquilamente rodeando el
Gran Bazar para llegar a uno de los símbolos de la ciudad de Estambul.
Santa Sofía fue construida en el
año 360 y fue basílica ortodoxa y posteriormente catedral católica, durante la
época de Constantinopla. Tras la invasión otomana, fue transformada en mezquita
y permaneció así hasta los años 30.A partir de ahí y hasta la actualidad, se
conserva como museo. El nombre de Sofía, viene de la traducción del latín de Sabiduría,
(de lo poquito que me acuerdo de lo estudiado de esta lengua en 2º de BUP,
jejeje) y es que el templo se construyó para dedicarlo a la “Divina
Sabiduría”.
Es la mayor representación de la arquitectura bizantina y se dice que a partir de ella, cambio la historia de la arquitectura. Lo más destacado es su gran cúpula y en su interior se guardan numerosos frescos y mosaicos de arte bizantino. Durante la época otomana se le añadieron 4 minaretes y otros detalles arquitectónicos islámicos.
Me encantaría saber mas de arte para poder describir lo maravilloso de su interior o la buena conservación de sus frescos, como el enorme Pantocrátor, pero no quiero meter la pata, jejeje.
Nosotros aprovechamos el tiempo
de espera en la cola, para echar un ojo al Palacio de Topkapi. Se puede entrar
gratis a los jardines, pero la entrada al edificio son unas 20 liras, lo mismo
que a Santa Sofía.
Frente a Santa Sofía, se
encuentra la
Mezquita de Sultan Ahmet o más conocida como la Mezquita Azul.
Está construida en el lugar que ocupaba el Gran Palacio de Constantinopla y
data del 1616.La mandó construir el sultán Ahmed I con la idea de dejarla como
su legado y competir con Santa Sofía. El edificio mezcla la arquitectura
bizantina (puesto que está inspirada en Santa Sofía) y la arquitectura islámica
tradicional. Junto a la Mezquita Adana, son las únicas dos mezquitas de Turquía
que cuentan con 6 minaretes.
El interior está revestido con miles de azulejos que dibujan diferentes diseños de tulipanes, flores y frutas. En los niveles más altos predomina el color azul, pero también existen los rojos y los verdes.
Para entrar al interior de la
mezquita (al patio se puede pasar sin problema) es imprescindible que las
mujeres se tapen el pelo, los brazos y las piernas y todo el mundo debe entrar
descalzo. Como aquí entra un gran volumen de turistas, en la entrada te dan una
especie de mandilón hasta los pies con pañuelo incluido. Se pueden visitar
todas las mezquitas de la ciudad y su entrada es gratuita, pero en la mayoría
tienes que llevar tus prendas para cubrirte.
Decir que el olor en la Mezquita
Azul es bastante desagradable, sobre todo en esta época que ya hace mucho calor
y la moqueta está húmeda. Aún así, pudimos disfrutar de una pareja de novios
que estaban haciendo el álbum fotográfico y un par de niños que hacían los
mismo para su ceremonia de circuncisión. Pobrecillos, se les ve muy contentos,
yo creo que no saben lo que les espera, jejejeje.
Salimos nuevamente por la entrada
principal que da al hipódromo y descartamos la visita a las Cisternas, puesto
que la cola es infinita…
Nos metemos a callejear hacia la
izquierda del hipódromo o plaza de Sultan Ahmet en busca de una nueva mezquita.
Caminando llegamos a la
Mezquita de Sokollu Mehmet Pasha, en el distrito de
Eminönü.
Fue construida en el 1572 por el marido de una de las hijas del sultán Suleiman el Magnífico. Está situada en una cuesta bastante escarpada, lo que hace único a su patio, que está construido en dos plantas. En el interior se aprecia la calidad de los azulejos, con arreglos florales en colores azul y verde.
Como anécdota os diré, que una
vez fuera de la mezquita, sentada en el patio hojeando la guía para seguir
nuestra ruta, el cuidador del edificio decidió echarme, puesto que le molestaba
que llevase las piernas y los brazos desnudos. Menos mal que la mayoría de los
habitantes de Estambul son bastante mas abiertos que este señor, y tras una
cerveza…, ya me había olvidado de este altercado jejejeje.
Tras descansar un rato en una
terraza, y a pesar de los intentos de Vero por olvidarnos de ver otra mezquita,
no quiero dejar de visitar la
Mezquita de Süleymaniye.
Digamos que nuestro guía de Estambul, Manrique, no está muy cierto en encontrar el camino, jejejeje, pero aprovechamos que la vuelta que dimos fue amplia, para ver algunas curiosidades de la ciudad.
Esta mezquita está situada detrás
de la antigua universidad. Rodeamos el Gran Bazar y nos encontramos con un
mercadillo que discurre alrededor de este edificio.
En el plano, la mezquita parece
estar mas cerca, así que comenzamos a callejear parándonos en los diversos
establecimientos que vamos encontrando.
Cuando ya Vero está a punto de asesinarnos (recordad que ha pasado muy mala noche con gastroenteritis, y aun así ha aguantado todo el día de paseo), vemos un minarete que nos informa de que estamos en el buen camino, menos mal…
Esta mezquita otomana es la más
grande de la ciudad y fue construida en el 1550 bajo el mandato de Suleiman I,
el Magnífico en el solar que había ocupado un palacio. La arquitectura de esta
mezquita se aleja ya de la famosa Santa Sofía y presenta una construcción más
simétrica y simple. Tiene un espectacular patio cuadrado rodeado de enormes
columnas de mármol y con un minarete en cada esquina.
La cúpula principal está
rodeada de semicúpulas decoradas con azulejos en tonos marfil y rojo.
Impresiona la inmensa lámpara que cuelga sobre la zona de rezo y el contraste
de la alfombra en tonos rojos y ocres.
Puede que a lo mejor influyese
que ya era bastante tarde, pero me pareció mucho más confortable que la
Mezquita Azul. Casi sin turistas y sobre todo, sin ese olor…Aprovechamos para
descansar un rato y hacernos fotos mientras charlamos tranquilamente.
Para alegría de Vero, damos por
finalizada la visita al barrio de Sultan Ahmet. Volvemos hacia el Gran Bazar
para coger el tranvía y dirigirnos al hotel.
Tras descansar y cambiarnos de
ropa, Vero sigue un poco indispuesta, así que Manrique y yo nos ponemos
nuestras mejores galas y nos dirigimos a la zona de la plaza Taksim que esta a
15 min de nuestro hotel.
Llegamos a la Istiklal Cd, calle
peatonal que desemboca en la plaza Taksim y por la cual sube el tranvía. Esta
zona está repleta de tiendas de ropa y en sus calles transversales hay
numerosos restaurantes. La calle está atestada de gente a pesar de que hoy es
domingo.
Decimos pasear un rato y terminamos cenando en un restaurante a la
altura de la plaza Taksim, desde donde, sentados en su terraza, tenemos una
preciosa vista nocturna de la ciudad. El menú es bastante europeo, pasta, carne
y alguna curiosidad mejicana, jejejeje.
Con los estómagos saciados y después de una divertida
conversación, el cuerpo nos pide un poco de fiesta. Bajamos nuevamente por la
calle peatonal y terminamos en una callejuela donde solo permanece abierto un
pequeño local donde suena, extrañamente, la canción de “colegiala” (bueno, no
se si es ese el título real). Los horarios son bastante europeos, así que solo
nos da tiempo a una copa antes de que cierren.
Cansados aunque un poco
eufóricos, llegamos a la habitación del hotel donde Vero nos espera despierta.
Decidimos mortificarla un poco
describiéndole nuestra cena, jejejeje puesto que el día de ayuno, empieza a
pasarle factura. Es bueno saber que ya se encuentra recuperada después del
pequeño susto de la noche anterior.
Todavía nos queda un día mas en
Estambul, así que decidimos acostarnos ya y descansar. Que visitaremos mañana?
Bego